Este vídeo muestra un sorprendente robot pequeñito que es capaz de arrastrar un objeto de un peso 100 veces mayor que el suyo...una vez más el hombre aprende por imitación de la naturaleza.
El fundamento de este sorprendente robot, no es sólo tecnológico, o físico, sino químico, ya que es el mismo que utilizan las salamandras para quedarse "pegadas" en el techo....
La clave está en un tipo de fuerzas intermoleculares, de magnitud muy inferior a cualquier enlace químico.
Estas fuerzas tan débiles, llamadas fuerzas de Van der Waals, tiene carácter eléctrico, se producen por la aparición de "cargas temporales" en la superficie molecular, es decir por la formación de dipolos temporales que actúan entre sí. Quizá lo más importante es que estas fuerzas, se multiplican cuando aumenta la superficie de contacto, es decir cuando "la unión hace la fuerza".
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